La agencia de calificación de deuda Fitch ha emitido un informe en el que analiza la reforma de la financiación de Catalunya pactada entre ERC y el PSC. Según Fitch, esta reforma sería positiva para las finanzas catalanas, pero negativa para las comunidades que actualmente se benefician de fondos niveladores. Sin embargo, la implementación del nuevo modelo no se espera en el corto plazo debido a la fragmentación política.
Para modificar las leyes de financiación regional se necesita una mayoría en el Congreso de los Diputados de España, algo que los partidos que apoyan la reforma actualmente carecen. Aunque el PSOE respalda el acuerdo, se enfrenta a la oposición de otros partidos, especialmente el PP. Además, se plantea la posible condonación de deuda autonómica con el Estado, lo que podría reducir la deuda total y las cargas financieras de las regiones, siendo moderadamente positivo para sus calificaciones de deuda.
En cuanto a la calificación de la deuda de Catalunya, Fitch considera que los indicadores de deuda tendrían que mejorar significativamente para que haya una mejora en la calificación, algo poco probable en el corto plazo. Actualmente, Catalunya tiene una calificación ‘BBB’ gracias al apoyo del Estado a sus finanzas, a pesar de que su perfil crediticio individual es ‘bb-‘, cercano al ‘bono basura’.
Con el nuevo sistema de financiación, Catalunya tendría un sistema mucho mayor que el de las regiones españolas de régimen común, acercándose más al País Vasco y Navarra. La región recaudaría y gestionaría todos los impuestos pagados en su territorio, compensando al Estado por las competencias no transferidas y reduciendo su aportación neta a los fondos de nivelación con otras regiones.
Fitch también menciona el acuerdo para el traspaso integral de Rodalies a la Generalitat, considerándolo neutral para las finanzas de Catalunya, ya que las entradas de efectivo se transferirían a Renfe, la compañía ferroviaria estatal.
En resumen, la reforma de la financiación de Catalunya pactada entre ERC y el PSC tiene implicaciones positivas y negativas, pero su implementación a corto plazo se ve obstaculizada por la falta de consenso político. La calificación de la deuda de Catalunya seguirá dependiendo del apoyo del Estado, a pesar de las mejoras que podría traer el nuevo modelo de financiación.