La cestería es una de las artesanías más antiguas que existen, y a pesar de los avances tecnológicos, sigue siendo una actividad artesanal que se realiza de forma manual. En nuestra provincia de Ávila, la cestería en paja de centeno es una tradición arraigada, destacando por conservar las decoraciones en paja abierta, gracias al esfuerzo de personas que se dedican a sembrar, recolectar y seleccionar la materia prima, las pajas de centeno.
El pasado miércoles 14 de agosto, en la plaza de Hoyocasero, se reunieron más de medio centenar de personas para participar en una jornada de trenzado de pajas de centeno. Bajo la dirección de Isabel y Juani, los participantes se dedicaron con entusiasmo a esta labor artesanal, siguiendo las instrucciones de “uno, luego dos y vamos al otro lado”. Entre los participantes se encontraba Noelia, nieta de Isabel, quien compartía sus conocimientos con sus amigas, mostrando su habilidad y pasión por esta tradición.
En Hoyocasero, la cestería en paja de centeno ha sido una actividad importante a lo largo de los años, siendo tía Fili y Tía Justa las últimas gorreras profesionales del pueblo. Estas mujeres lograron sacar adelante a sus familias gracias a su trabajo artesanal, transmitiendo sus conocimientos a las generaciones más jóvenes. Las gorras trenzadas con paja de centeno eran un elemento distintivo en el vestuario de las mujeres del pueblo, utilizadas en diversas ocasiones cotidianas.
Según el investigador Carlos del Peso, la cestería en paja de centeno tiene un carácter identitario, siendo un elemento representativo de la cultura y tradición de Hoyocasero. Las prendas elaboradas con paja de centeno no solo tienen un valor estético, sino que también reflejan la historia y el trabajo de generaciones de artesanos que han mantenido viva esta tradición.
En conclusión, la cestería en paja de centeno es una actividad artesanal que ha perdurado a lo largo del tiempo en nuestra provincia de Ávila, gracias al esfuerzo y dedicación de personas como Isabel, Juani, tía Fili y Tía Justa, quienes han mantenido viva esta tradición. La labor de trenzar pajas de centeno no solo es un arte, sino también un legado cultural que merece ser preservado y valorado por las generaciones futuras.