Las presiones inflacionistas se han enfriado significativamente en julio para la mayor parte del territorio español, excepto en Galicia, que ha sido la única comunidad autónoma con una tasa superior al 3%. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Galicia lleva cuatro meses consecutivos marcando incrementos superiores al conjunto del país a causa del fuerte repunte de precios en restaurantes y hoteles.
En pleno mes de verano, los alojamientos y servicios de restauración se pagan un 6% más caros que en julio de 2023 en Galicia, mientras que la vivienda se ha encarecido un 3,4% y el transporte un 2,7%. Estas cifras están por encima de la media nacional y hacen que las familias que viven en esta comunidad pierdan poder adquisitivo.
Mientras el índice de precios al consumo (IPC) se ha situado en el 2,8% en el conjunto del territorio, en Galicia ha sido tres décimas más alto, encadenando cuatro meses consecutivos con la mayor tasa de inflación en todo el país. El grupo que más ha afectado el bolsillo de los consumidores ha sido el de alimentos y bebidas no alcohólicas, con incrementos en productos como la carne de vaca, el pan, el pescado, la fruta, el café o las patatas.
El sector turístico y la restauración en Galicia también van a doble velocidad respecto al resto del país, con un repunte de 1,3 puntos porcentuales superior al general. Solo las comunicaciones registraron un leve descenso, del 0,2% interanual, en línea con el resto de comunidades. Mientras tanto, el resto del país avanza con más normalidad hacia la senda bajista prevista por Bruselas.
En una visión más general, hubo 10 territorios que en julio registraron una inflación inferior al 2,8% del conjunto del país. Cantabria y Castilla y León lideraron la desescalada, con tres décimas menos. Les siguieron Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Navarra, con un IPC general del 2,6%; y Aragón, Madrid, La Rioja y Comunidad Valenciana, con un 2,7%. Andalucía registró la media nacional.
Además de Galicia, hubo cinco autonomías que sobrepasaron por una décima la inflación media del país: Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña y País Vasco. En esta última, lo que más tiró hacia arriba el índice general fue la cesta de la compra, que se encareció un 4,3% respecto al año pasado; la mayor tasa registrada en todas las autonomías.
Si se observa el balance de los siete primeros meses del año, se nota que Baleares se ha consolidado como la región con la mayor inflación acumulada de España, alcanzando un 2,9%, según el INE. La masificación turística está detrás de estas cifras, pues la fuerte demanda generada por los millones de visitantes que reciben cada año ha ocasionado que los hoteles, restaurantes y cafés se hayan encarecido un 9,1% entre enero y julio, mientras que en el resto del país solo lo han hecho un 4,4%.
Este fenómeno tiene un impacto directo en los residentes de las islas, quienes ven cómo el coste de vida sigue aumentando de manera notable, especialmente en comparación con otras regiones del país. Ni siquiera la Comunidad Valenciana o Galicia, que también acumulan en esta área un encarecimiento superior a la media nacional (un 5,5%), tienen un IPC tan alto. Canarias, cuyo motor económico también es el turismo, registra cifras mucho más moderadas, con un acumulado del 1,6%, según los últimos datos estadísticos.
En resumen, la inflación en España ha experimentado un enfriamiento en julio, con la excepción de Galicia y otras regiones turísticas como Baleares, donde los precios han seguido aumentando debido a la demanda generada por el turismo. Es importante estar al tanto de estos datos para comprender cómo afectan a la economía y al poder adquisitivo de las familias en diferentes partes del país.