La agencia sanitaria de la Unión Africana (UA) ha declarado una “emergencia de salud pública” debido a la creciente epidemia de viruela del mono (mpox) en el continente. Esta declaración se produce después de que un brote en la República Democrática del Congo se haya propagado a otros países vecinos, afectando a miles de personas en todo el continente.
En lo que va de año, se han notificado más de 15.000 casos de viruela y 461 muertes en África, lo que representa un aumento del 160% respecto al mismo periodo del año anterior. Desde enero de 2022, se han registrado un total de 38.465 casos de esta enfermedad en 16 países africanos, con 1.456 fallecidos. Ante esta situación, la UA ha hecho un llamamiento a la acción para detener la propagación del virus.
La nueva cepa del virus, denominada “clado Ib”, ha sido detectada en la República Democrática del Congo y se ha extendido a varios países del continente, como Marruecos, Egipto, Sudán, Costa de Marfil, Liberia, Nigeria y Sudáfrica. Esta cepa se caracteriza por ser más mortífera y transmisible que las anteriores, lo que ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias.
El mpox es una enfermedad vírica que se transmite de animales a humanos, pero también puede propagarse por contacto físico estrecho con una persona infectada. La nueva cepa “clado Ib” provoca erupciones cutáneas en todo el cuerpo, a diferencia de las cepas anteriores que causaban lesiones localizadas en ciertas partes del cuerpo.
Ante esta situación, la UA ha declarado una emergencia de salud pública para actuar con rapidez y liberar fondos para el acceso a las vacunas y una respuesta continental. Además, se espera que la Organización Mundial de la Salud (OMS) evalúe si se declara el máximo nivel de alerta sanitaria a nivel internacional para hacer frente a esta enfermedad.
En resumen, la situación actual de la epidemia de viruela del mono en África es preocupante debido a la propagación de una nueva cepa más mortífera y transmisible. Las autoridades sanitarias están tomando medidas urgentes para contener la enfermedad y proteger a la población. Es fundamental que se intensifiquen los esfuerzos de prevención y control para evitar un mayor impacto en la salud pública del continente.